Consideraciones Generales | Formas de Contagio | El Virus | Alteraciones |
Hasta este momento, se han identificado dos modalidades
de trasmisión del Virus: una Horizontal,
que se produce desde un individuo infectado a otro sano y otra vertical,
que ocurre desde una mujer infectada a su hijo durante el embarazo o en
el período perinatal.
El contagio horizontal ocurre por la relación
sexual y a través de Sangre contaminada. El contagio Vertical ocurre
por el paso del Virus a través de la Placenta, por el contacto con
sangre contaminada durante el Parto o por la Leche materna al amamantar
al hijo.
Cualquiera sea la vía o mecanismo de contagio,
es necesario que haya en el material contagiante una cantidad
mínima de virus, lo que
constituye la llamada Masa crítica
Infectante o Dosis
mínima contagiante; es necesario
además que este virus vaya incorporado
a un vehículo
que permita su viabilidad y que ingrese al organismo a través
de un lugar o puerta
de entrada por donde este vehículo
infectante penetre y permita el contacto entre el virus y las células
portadoras de la proteína de superficie de membrana CD4.
Con respecto a la transmisión por insectos, tambien veremos
lo que se conoce.
Ahora veremos cada uno de
estos elementos:
No se ha podido medir con exactitud
cuál es la cantidad mínima de virus necesaria para producir
una infección. Sin embargo, se ha podido establacer que ésta
es aproximadamente 10 veces mayor que la necesaria para el contagio de
Hepatitis B.
La mayor o menor cantidad
de virus que contenga un vehículo contagiante está determinada
por la etapa evolutiva de la enfermedad en que el individuo infectante
se encuentre; así, un paciente que se encuentra en una etapa asintomática
tiene escasa cantidad de virus circulante, en tanto que en etapas más
vanzadas hay una importante cantidad. El momento en que se encuentra la
mayor cantidad de virus circulante es cuando están ocurriendo las
manifestaciones clínicas del SIDA. En otras palabras, si bien toda
persona infectada es contagiosa, la probabilidad de contagio es mayor en
los que estan padeciendo SIDA.
Las células infectadas potencialmente representan un mayor número de virus que los viriones libres que están en circulación sanguínea, ya que aquellas pueden producir a su vez gran cantidad de virus.
Del mismo modo una mayor cantidad
de virus está contenida en un gran volumen de vehículo. Así
la posibilidad de infección será directamente proporcional
a la cantidad de vehículo o inóculo que penetra al organismo.
Esto es muy importante para evaluar el riesgo de contagio accidental en
personal que trabaja en salud.
El VIH ha sido aislado de la
Sangre, semen, secreciones vaginales, saliva, lágrimas, leche materna,
LCR (Liquido Céfalorraquideo) y orina, sin embargo, no todos estos
fluidos son vehículos igualmente eficaces para el contagio.
Hasta el conocimiento actual
del SIDA, se ha detectado evidencias de infección por exposición
a Sangre, Semen y Secreción Vaginal.
La distinta capacidad contagiante de los vehículos
contagiantes se clasifican en tres grupos de acuerdo al potencial de riesgo:
Vehículos de Alto Riesgo: Son la Sangre, el Semen y la secreción vaginal. Prácticamente en todos los casos de infección por VIH se ha podido identificar estos vehículos como elementos contagiantes.
Vehículos de Bajo Riesgo: Son aquellos que sin haber demostrado aún su capacidad contagiante, tienen las condiciones y posibilidades para participar en un mecanismo de contagio. Dichos vehículos son las deposiciones, la orina, la secreción nasal y la expectoración.
Situaciones particulares: Hay dos vehículos que aunque no han demostrado claramente su capacidad contagiante, pueden eventualmente representar un factor de riesgo: La leche Materna y la Saliva.
Hay algunas publicaciones que permiten asegurar que en algunos casos ha ocurrido el contagio a través de la leche materna de la nodriza al hijo. Nunca se ha podido demostrar que la saliva por sí misma pueda ser un factor de riesgo de contagio. No obstante, la frecuencia con que la saliva se contamina con sangre en procedimientos odontológicos y otorrinolaringológicos, especialmente cuando hay formación de aerosoles, puede representar un riesgo para el profesional de salud.
El vehículo contaminante que contiene
el VIH, puede penetrar directamente al torrente sanguíneo por inoculación,
como ocurre en transfusiones sanguíneas, o por el uso de productos
hemoderivados (derivados de la sangre) que contienen virus. Es la puerta
de entrada más eficaz para la penetración del virus, porque
permite el ingreso de cantidades masivas del inóculo infectante,
lo que hace que la exposición a través de esta fuente de
contagio provoque la infección en el 100 % de los individuos
que se exponen.
Una de las condiciones que pueden facilitar la penetración del virus a través de la piel y mucosas, es la existencia de afecciones dermatológicas previas, especialmente las rezumantes o dermitis que por su caracter pruriginoso se acompañan de escoriaciones por grataje.
En el contagio sexual está claramente demostrado que hay una mayor posibilidad de contraer la infección cuando hay úlceras genitales. Este mecanismo ha resultado particularmente importante en la infección VIH en mujeres portadoras de enfermedades ulcerosas como sífilis, chancro blando, herpes genital, cervitis por gonococo o por clamidia.
Recientemente investigaciones han agregado nuevas
evidencias a las acumuladas en contra del posible contagio del VIH por
picaduras de insectos.
Próximamente más informaciones al respecto.